
Un relato en el que Mark Twain pone de manifiesto sus hilarantes y poco ortodoxas opiniones sobre la religión. «Me gusta una buena historia bien contada. Por esta razón, a veces me veo obligado a contarlas yo mismo». Con estas palabras Mark Twain, según Hemingway, el padre indiscutible de la literatura estadounidense, defendía sus cuentos, hábilmente tramados, de inventiva inagotable y personajes inolvidables. El diario de Adán y Eva (1893-1905), una divertidísima y por tanto poco ortodoxa reconstrucción de la vida en el Jardín del Edén, es una excelente muestra. Este relato forma parte de la antología Cuentos selectos.
Considerada obscena y tachada de pornográfica, Año 1601 es un cuento breve e irreverente, una «obra maestra casi desconocida» del genial Mark Twain. Reunidos en el camarín de una ya anciana reina Isabel I, una serie de personajes selectos, la mayoría tan ancianos como ella, charlan al amor de la lumbre: sir Walter Raleigh, el pirata; Francis Bacon, el filósofo; Ben Jonson y su joven discípulo, Francis Beaumonte; ladies, condesas y duquesas, y el asombroso maestro Shakespeare. ¿De qué pueden estar hablando? ¿De las glorias pretéritas del pirata, de la interpretación de la vida del filósofo, de los ingenios del arte...? Pues no, señoras y señores, la conversación es más banal, irreverente, rijosa y «maloliente» de lo que podría esperarse en tan excelso grupo y en el Siglo de Oro inglés... Divertimento, crítica a las convenciones literarias, engoladas y timoratas, de su época, una sátira contra el clero marca de la casa, chiste fácil... Todo esto es Año 1601, una obra que surgió como una broma entre amigos y sin firma, y circuló en ediciones privadas, muy privadas, hasta bien entrado el siglo XX.
Los escritos irreverentes es una pseudohistoria conformada por sátiras bíblicas compuestas entre 1870 y 1909 por Mark Twain. Estas demuestran no solo el escepticismo de este autor y el ataque a los valores establecidos en el momento, sino también, como en el resto de sus obras, que fue un autor que se divertía relatando. Aunque Mark Twain declaraba que nunca vería la luz dicha obra, finalmente no sólo lo hizo postmortem y tras la negativa de su familia más cercana, sino que fue uno de los libros más vendidos dada su controversia y su rescate de la universidad de Berkeley. Esta obra se compone de tres partes: Las cartas de Satán desde la Tierra, Los apuntes de la familia de Adán y La carta desde el Cielo. Algunos fragmentos de estas se publicaron en periódicos y revistas literarias, pero no fue hasta 1962 cuando se publicó la obra completa.
"Roberto D. Agramonte, an extraordinary researcher of Marti's life and work, thoroughly studies in this book two main aspects of the Martian doctrine: education and politics."
In these bold sketches of American life, Mark Twain animates a wacky cast of characters with his usual energy and colorful descriptions. Each story is driven by the inertia and entropy of its oddball subjects and their insistence on viewing the world in the way they choose, sometimes failing to see what is right in front of them. Some are poor wretches, such as Colonels Jack and Jim, who cannot tell the difference between a car and a bus, while others are on the verge of a nervous breakdown, such as Mrs. McWilliams, who in the middle of a storm proposes numerous outlandish ways to stay protected against lightning. Together these stories are an important part of Mark Twain's body of work, painting a vivid picture of small-town life at the turn of the century. En estos audaces retratos de la vida americana, Mark Twain anima un reparto de personajes chiflados con descripciones originales y su energía usual. Cada cuento está conducido por la inercia y entropía de sus sujetos excéntricos y la insistencia de éstos en ver el mundo a su manera, a veces sin reconocer hasta lo que tienen en frente. Algunos son pobres diablos, como los coroneles Jack y Jim, que no alcanzan a ver la...
Los personajes más entrañables de María Elena Walsh, en una colección especial para los primeros lectores. Cinco canciones y poemas inolvidables para disfrutar con los más chicos: "Perro salchicha", "Londres", "Canción para vestirse", "Un hipopótamo tan chiquitito" y "Marcha de Osías". Con ilustraciones de Pablo Bernasconi y textos en imprenta mayúscula para facilitar la lectura.
Matías Vicuña tiene 17 años y acaba de regresar de su gira de estudios por Río de Janeiro. Es 1980, pleno gobierno de Pinochet y mientras el país decide la continuidad del régimen, Matías descubrirá el lado más amargo de la vida. Una novela rebelde, una historia de crecimiento y aprendizaje.
Este gran clásico de la literatura infantil, ahora en un nuevo formato
Ver más detalles